Los deportistas se enfocan en diferentes variables para asegurar su mejor rendimiento: siguen una dieta nutritiva y saludable, entrenan de manera regular, duermen lo suficiente y toman suplementos. Pero el rendimiento no se trata únicamente de una óptima condición física; la salud mental también es importante.
La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como un estado de bienestar en el que una persona es consciente de sus propias habilidades, puede afrontar las preocupaciones normales de la vida y trabajar productivamente.
Sin embargo, incluso los deportistas que gozan de una buena salud general (física y mental) pueden padecer ansiedad de rendimiento, la cual es un estado donde las emociones como el nerviosismo, la preocupación o el miedo interfieren en el rendimiento deportivo.